En artículos anteriores hablé de las diferencias entre Creatividad e Innovación, ahora me centraré en los conceptos asociados a la innovación con la idea de que si entendemos mejor lo que es la innovación seremos más capaces de llevarla a la práctica en las empresas. En primer lugar hablaremos de la gestión de la innovación.
La Gestión de la Innovación es la disciplina que se encarga de llevar a cabo el proceso de innovación. Es decir, de organizar los recursos disponibles en la empresa con el fin de incorporar las innovaciones a las fases de fabricación y comercialización. Para ello debe gestionar adecuadamente los siguientes campos:
-
Competencias
tecnológicas.
-
Recursos
materiales y humanos.
-
Marco
jurídico y legal.
Hay cuatro elementos
clave para la gestión de la innovación:
-
La
estrategia: se ha de definir una estrategia para implementar la innovación.
Escoger el público objetivo, especificar la oferta, definir el producto, la
distribución, la política de precios…
-
El
crecimiento: se ha de prever una estrategia de crecimiento en caso de éxito del
nuevo producto. Franquicias, productos complementarios, nuevos formatos,
merchandising…
-
La comunicación: además del producto hemos de cuidar su comunicación,
posicionamiento, marketing y promoción.
- Gestión del talento:
atraer a los mejores profesionales, retener y fidelizar clientes, generar nuevas
alianzas, consolidar procesos…
Tipos de Innovación empresarial
Hay tres tipos de Innovación
empresarial según el sector de actividad de la empresa o su momento de madurez:
-
La
innovación continua (atención al cliente).
-
La
innovación tecnológica (inversión y patentes).
-
La
innovación radical (entorno y relaciones).
La innovación continua está basada en la
relación y el contacto con el cliente. Su objetivo es ir incorporando pequeñas
mejoras incrementales en el sistema atendiendo a las necesidades de sus
clientes.
En estos casos el protagonista es el SAC
(Servicio de Atención al Cliente), que pasa a marketing las quejas y
sugerencias para que éstas se acaben convirtiendo en nuevas especificaciones
del producto o servicio.
Es una estrategia basada en la adaptación y
suele usarse en empresas de servicios.
La innovación tecnológica es aquella que
requiere una cierta inversión por parte de la empresa en activos materiales de
carácter tecnológico, infraestructura o bien en patentes.
Esta estrategia está basada en la inversión y
es propia de empresas dedicadas a la producción o a la investigación y
desarrollo de productos técnicos o complejos.
La innovación radical consiste en una ruptura
total con el modelo de negocio habitual de la empresa y el inicio de una
actividad totalmente diferente. Esta innovación radical acostumbra a ir más
allá de una innovación de producto y afecta a toda la empresa. Es un modelo que
requiere un cambio total en el entorno y el establecimiento de nuevas
relaciones y alianzas. Es el modelo típico de innovación de las start-ups o
spin-off de las grandes empresas.
Océano Rojo y Océano Azul
A la hora de gestionar la innovación es bueno
tener en mente algunos modelos y ejemplos de casos de éxito.
Para entender el proceso se ha hecho muy
popular el modelo de “Océano Rojo” y “Océano Azul”.
Un océano rojo es un espacio donde todos
compiten por los mismos objetivos, la competencia es feroz y deben luchar hasta
que algunos mueren y otros sobreviven (de ahí el color rojo).
Un océano azul es un nuevo entorno creado por
la empresa donde no hay competencia alguna y puede desarrollar su oferta sin
obstáculos.
El océano azul se
consigue cuando se crea una oferta que no existe en el mercado y esto a menudo
supone:
- Redefinir cual es nuestro mercado.
- La demanda futura es
desconocida, por tanto asumimos la posibilidad de no acertar en la escala.
- Desarrollar un
planning de ejecución en el que el negocio sea rentable.
- Superar obstáculos internos como la
resistencia al cambio y sistemas de gestión
ya obsoletos.
Algunos ejemplos de Océano Azul son el Cirque
du Soleil, el Iphone de Apple, Ikea, Nespresso o la videoconsola Nintendo WII.
Todos ellos son productos que en su momento
redefinieron la categoría donde estaban compitiendo de forma creativa y se encontraron
con un nuevo mercado donde no tenían competencia, un océano azul. En muchos casos no acertaron en las previsones y fueron desbordados por la demanda pero fueron capaces de gestionar esa innovacón y sacarla adelante.
Obstáculos a la innovación
A menudo nos encontramos en las empresas con excusas para no poner en marcha los procesos de Innovación. La creatividad siempre produce reacciones defensivas que son un freno, y a menudo escuchamos frases muy similares a éstas:
- Eso ya está inventado.
- Esto no funcionará, ya lo intentamos antes.
- Es demasiado caro, no es viable.
- El jefe no lo aprobará.
- Nuestra empresa no tiene recursos para eso.
- Esto es una tontería y una pérdida de tiempo.
- Nuestros estudios de mercado indican lo contrario.
Para generar nuevas ideas es básico huir de la crítica y mantener un pensamiento positivo que no frene el proceso, hay que cuestionar lo incuestionable.
Las técnicas de ayuda a la creatividad: el pensamiento lateral
Pensar creativamente es un hábito que puede
adquirirse con el apoyo de algunas técnicas que nos ayuden a generar ideas.
Estas técnicas son usadas en empresas como las
agencias de publicidad, donde constantemente han de pensar soluciones creativas
para comunicar productos y servicios.
El éxito de estas técnicas depende en gran medida de
la experiencia y sobre todo de la convicción, por este motivo algunas empresas
a la hora de generar ideas creativas contratan a un “facilitador” externo que
les ayuda en el proceso de forma guiada.
El Pensamiento
Lateral es una técnica formulada por Edward de Bono. Este concepto parte del concepto de
que normalmente tenemos una serie de ideas previas sobre
las cosas (por ejemplo, que un coche tiene cuatro
ruedas). Estas ideas están
organizadas en nuestra mente de forma ordenada y jerárquica.
Por este motivo nos resulta difícil imaginar cosas
nuevas, porque nuestra mente está condicionada por la experiencia previa. Esto es un mecanismo de defensa de nuestra mente que nos ha facilitado la supervivencia como especie.
Para superar este mecanismo De Bono propone técnicas
para construir nuevas pautas mentales. Es lo que se conoce como “provocación”.
Se trata de escoger una creencia básica (p.e. “los
coches tienen cuatro ruedas”) y darle la vuelta totalmente: un coche con dos
ruedas, un coche sin ruedas…
Se trata de romper pautas previas y dejar fluir las
nuevas ideas aunque al principio no tengan sentido. Nuestro cerebro, al cabo de
un tiempo, una vez hayamos roto los
esquemas de la lógica habitual, realizará conexiones neuronales que nos
llevarán de unas ideas a otras.
El objetivo es
eliminar las limitaciones, ya que nuestra mente lógica tiende a juzgar
negativamente las provocaciones porque
éstas en principio parecen absurdas ya que entran en contradicción con su
manera habitual de pensar.
Otras técnicas para ser más creativos
Además del pensamiento lateral se usan otras técnicas
como el briefing, el brainstorming o tormenta de ideas, el equipo heterogéneo,
el elemento externo, las palabras al azar,
la creación de un entorno creativo, el cambio de los hábitos cotidianos, o el mètodo de los cinco “ ¿por qué?”
El objetivo final es conseguir una técnica que nos
permita romper con la visión convencional que tenemos de las cosas para
ayudarnos a pensar de forma diferente.
Además hay otros elementos que influyen a la hora de lanzar con éxito un
proyecto innovador, como:
- El liderazgo creativo y la capacidad de convencer a otros.
- La pasión creativa y el disfrute.
- El concepto de “Flow” de Mihaly Csikszentmihyali.
- Perder el miedo: al ridiculo, al fracaso, al juicio de los demás…
- La importancia de confiar en la intuición (inteligencia intuitiva).
El concepto de Flow (flujo) es un
estado emocional en que incurrimos cuando estamos haciendo algo que nos gusta
mucho. En ese momento estamos tan absortos que perdemos la noción del tiempo y
nos parece que sólo ha pasado un momento, cuando en realidad han pasado horas.
Alcanzar ese
estado de Flow es ideal para que el cerebro trabaje de forma libre y pueda
realizar conexiones de manera más o menos
inconsciente, lo cual facilita la creatividad.
Por este motivo es
tan importante encontrar alguna actividad que nos permita la concentración, o
bien buscar sustitutivos que nos permitan llegar a ese estado, como la práctica del deporte o el yoga.
Como conclusión
podemos hablar de cuatro factores que nos ayudan a ser más creativos:
- Experimentar, buscar cosas sencillas y practicar mentalmente. Poner las
ideas por escrito y volver sobre ellas más tarde.
- Transgredir lo convencional, no nos limitemos a la hora de pensar, no
cerrar la mente ni descartar nada de entrada.
- Rodearnos de un entorno creativo, conocer personas distintas, creativas y
positivas. Participar en equipos.
- Estimular las conexiones: asociar
conceptos, palabras al azar, generar provocaciones, cuestionar lo
incuestionable, usar las técnicas de ayuda, tratar de llegar al estado de Flow…
En próximos artículos comentaré cómo internet puede ser una excelente herramienta para llevar la innovación a nuestras empresas o proyectos, y más específicamente al área de marketing.
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